
Exitosas cirugías oncoginecológicas reconstructivas de alta complejidad se realizaron en el Hospital de La Serena
En 2020, se registraron 45.240 casos de cáncer de vulva en todo el mundo, con una incidencia estandarizada por edad de 0,85 por cada 100,000 habitantes. En Chile, el cáncer de vulva y otros tipos de cáncer en mujeres generan alrededor de 8.800 casos nuevos y casi 3.400 muertes cada año.
Cuatro mujeres se vieron beneficiadas con el operativo oncoginecológico liderado por los doctores Dania Acuña y Oscar Muñoz del Hospital de La Serena, quienes contaron con el valioso apoyo del reconocido cirujano plástico doctor Marcelo Fonseca quien viajó desde Iquique para apoyar al equipo serenense. Las pacientes tenían en común un diagnóstico de cáncer de vulva, que les afectaba considerablemente su calidad de vida, poniendo en riesgo su salud. Durante la jornada quirúrgica realizada en los pabellones centrales del establecimiento el equipo de salud multidisciplinario pudo extraer los tumores cancerígenos que afectaban a las pacientes y realizarles una reconstrucción de la zona afectada, con la finalidad de mejor su calidad de vida, funcionalidad, autonomía y bienestar.
Afortunadamente el cáncer de vulva es poco frecuente, sin embargo, cualquier mujer tiene riesgo de contraerlo y aunque puede ocurrir a cualquier edad, este cáncer afecta principalmente a mujeres mayores. La vulva es el área de piel que rodea la uretra y la vagina y el cáncer vulvar comienza como una proliferación de célula en dicha zona y por lo general, se manifiesta como un bulto o una llaga que, con frecuencia, causa picazón. Y pese a que no siempre se sabe la causa exacta de los cambios en el ADN que llevan al cáncer vulvar, los especialistas coinciden en que el virus del papiloma humano causa algunos tipos de cáncer vulvar.
El tratamiento contra este tipo de cáncer generalmente consiste en una cirugía para extirpar el tumor junto con una pequeña parte del tejido sano que lo rodea para evitar que proliferen nuevas células cancerígenas. Este tipo de intervenciones son de alta complejidad y requieren de una importante expertiz del equipo de salud, que también se ve en la necesidad de realizar un proceso de reconstrucción de la zona afectada por el tumor, de ahí la importancia del operativo realizado en el Hospital de La Serena. El equipo clínico valoró positivamente esta experiencia que permitió salvar y favorecer la calidad de vida de las pacientes, así como también, significó una gran oportunidad formativa para los especialistas, lo que representa un avance en el enfoque multidisciplinario de patologías gineco oncológicas poco frecuentes.

Así lo destacó la doctora Dania Acuña, ginecóloga-oncóloga del Hospital de La Serena, “este operativo constituyó un hito muy especial porque en general uno trabaja en el hospital de forma asistencial pero esta ocasión también fue una oportunidad de aprendizaje para nosotros junto al doctor Fonseca, quien nos acompañó en forma desinteresada y colaborativa, y eso se agradece porque es lo que necesitamos en el sistema público. Cuando uno ve que hay otros especialistas que no tienen nada que ver con el área, pero son capaces de sensibilizarse con los problemas y necesidades y ponen sus conocimientos al servicio de las pacientes y equipo de salud, creo que es el camino correcto por el que debemos transitar como gremio médico, hay mucha gente que está dispuesta a trabajar en equipo y el doctor Fonseca nos dio una satisfacción muy grande en ese sentido”.
“El Hospital de La Serena tiene un lujo de equipo de oncoginecología que no lo tienen muchos hospitales del país. Resuelven casos bastante complejos y en este tipo de patologías se necesita un trabajo en equipo, que además es fundamental en el ejercicio de la medicina. Es por esto que vinimos a aportar un poquito de lo que hacemos en Iquique y reconstruir a estas pacientes para que tengan una mejor calidad de vida y para curar su cáncer”, explicó el doctor Marcelo Fonseca, cirujano plástico reconstructivo y estético, Magíster en Salud Pública y Fellowship en reconstrucción mamaria, linfedema y microcirugía del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Universitat Autónoma de Barcelona.
CIRUJÍA QUE CURA Y SANA EL ALMA

Este tipo de cirugías son curativas y además permiten restaurar la funcionalidad de la zona afectada, lo que, sin duda, tiene un alto impacto en la calidad de vida de las mujeres, quienes además recuperan su autovalencia y bienestar psicoemocional. Según explicó el especialista, doctor Fonseca, en los casos de cáncer de menor tamaño, la resección (extracción) del tumor junto con los tejidos cercanos suele ser suficiente para llevar a cabo la reconstrucción. Sin embargo, en tumores más agresivos, como los que se presentaron durante el operativo oncoginecológico, los defectos que deja la cirugía tienden a ser de mayor magnitud, lo que hace imprescindible el trabajo colaborativo entre distintos equipos médicos para alcanzar la reconstrucción. En ese contexto, el especialista destacó la labor realizada por los profesionales del recinto serenense.
Durante la jornada de cirugías por cáncer de vulva, se presentó un caso poco habitual de una paciente joven diagnosticada con la enfermedad de Paget de la vulva, un subtipo raro de esta patología. La paciente había experimentado una lesión en la piel que se volvió crónica, desarrollando finalmente este cáncer específico. Este caso destacó por su complejidad, lo que llevó al equipo médico a adoptar un enfoque quirúrgico integral, combinando la resección del tumor con una reconstrucción inmediata. Esta estrategia no sólo facilitó una mejor recuperación física, sino que también tuvo un impacto positivo en la salud emocional de la paciente.
Otro de los casos abordados es el de una paciente que, después de mucho tiempo, pudo sentarse nuevamente, tras haber lidiado con un tumor de aproximadamente 8 centímetros en la vulva. Este tipo de condiciones en personas de edad avanzada tiene un impacto profundo en su salud general, afectando no sólo su bienestar físico, sino también su salud mental y su capacidad para realizar actividades cotidianas.
Estas cirugías no sólo representan un avance clínico, sino también un ejemplo de cómo el trabajo en red y la voluntad de colaboración pueden mejorar sustancialmente la atención de patologías poco frecuentes y complejas. Los tiempos de recuperación son largos, de al menos dos meses, debido a la sensibilidad de la zona intervenida, pero el enfoque multidisciplinario adoptado promete mejores resultados tanto médicos como personales para cada una de las pacientes.